Katharine Juliet Ross, conocida en el mundo artístico por Katharine Ross, nació el 29 de enero de 1940 en Hollywood (California). Actriz estadounidense de cine, teatro y televisión.
No tiene una amplia filmografía, ni es una estrella mediática al uso, pero Katharine Ross tiene en su honor el haber rodado un par de películas emblemáticas que la han inmortalizado en el cine para siempre. Es difícil que su hermosura pase desapercibida. Pero es una belleza sencilla, nada llamativa ni exótica, asentada en un rostro agradable y risueño, con ojos de mirada profunda, verdes amarronados, y una piel delicada, pecosa y clara, como corresponde a una pelirroja. En conjunto sus facciones denotan ternura, feminidad y un corazón a flor de piel, lo que causa en el espectador cierta sensación de criatura desvalida, a quien hay que cuidar. Los mejores papeles de Katharine Ross forjaron precisamente este perfil tierno con el que se le recuerda.
Hija de un empleado de la Marina de Estados Unidos que no estuvo presente en su alumbramiento, pues se encontraba de servicio lejos de allí. Debido a la profesión de su padre, la familia viajó por el país durante un tiempo, hasta que finalmente se instalaron en las afueras de San Francisco, en donde la joven Katharine estudió en el colegio y en el instituto. Fue en el "Diablo Valley College" en donde por primera vez tomó parte en una película estudiantil. Más tarde, comenzó a trabajar de suplente en un taller de actores y comenzó a hacer sus primeros castings.
Tras aparecer levemente en algunos episodios de teleseries, como "Sam Benedict" o "El Virginiano" (serie), obtuvo su primer papel para el cine en una excelente película del oeste: El valle de la violencia (1965). La actriz, entonces de 25 años interpretaba a la cuñadita de James Stewart, que era atacada por una partida de bandidos durante la Guerra Civil americana. Un año después aparecería entre el reparto de la comedia Dominique, protagonizada por Debbie Reynolds, y del thriller La mujer sin rostro, de Delbert Mann.
Y fue al año siguiente cuando su rostro se hizo conocido para el gran público. Primero con la turbadora La muerte llama a la puerta, inquietante cinta de Curtis Harrington en la que interpretaba a la esposa de James Caan y sufría la presencia siniestra de Simone Signoret, y después con la mítica El graduado (1967), convertida en clásico de los 60. En esa emblemática y aún hoy escandalosa película de Mike Nichols, Katharine era la bondadosa Elaine, enamorada de Dustin Hoffman e hija de la manipuladora y ladina Anne Bancroft. Ese filme supuso, sin duda, el que dio lugar a su momento de mayor esplendor.
Al año siguiente acompañaría a John Wayne en una atípica película del actor, Los luchadores del infierno (1968), en la que interpretaba a la hija de un ya talludito bombero. Y entonces llegó 1969 y compuso uno de los papeles más recordados y deliciosos de su carrera, el de Etta Place de Dos hombres y un destino. Pocas veces estuvo Katharine tan cautivadora como en este filme en que enamoraba a una de las parejas de fugitivos más divertidas y conseguidas de la historia del cine. Para el recuerdo queda la escena en que Katharine montaba en el manillar de la bicicleta que conducía Butch Cassidy (Paul Newman) mientras sonaba el tema musical “Raindrops keep falling of my head”. Verdaderamente memorable.
Antes de acabar la década rodó un título más con Robert Redford, la muy estimable El valle del fugitivo, dramático western de Abraham Polonsky.Pero con el inicio de los años 70, la carrera de Katharine, que nunca fue muy prolífica, comenzó a menguar en popularidad. Quizá se debió a una mala elección de títulos, tales como Locos (1970), Solo matan a su dueño (1972), El azar y la violencia (1974). Con The Stepford wives (1975) –de la que se hizo una versión cómica años después, protagonizada por Nicole Kidman y titulada "Las mujeres perfectas-, y tras el notable drama The Betsy (1978), la guapa actriz de California comenzaría una andadura bastante discreta en filmes de terror y suspense que poco a poco fueron minando su prestigio, aunque ella siempre mantuvo el favor del público.
Así llegaron El enjambre y El legado en 1978 y El final de la cuenta atrás en 1980. Luego, como si fuera presagio de su ocaso prematuro –piénsese que Katharine sólo tenía 40 años– su carrera se centró casi exclusivamente en telefilmes. Participó así en "Rodeo Girl" (1980), "The shadows riders" (1982), "Secrets of a mother and daughter"(1983) o "La independencia de Texas" (1986). Fue también una de las protagonistas de la exitosa serie "Los Colby" (1985-1987). En 1991 rodó para la televisión "Conagher", séptima participación en una película con Sam Elliott, su marido desde 1984 y con quien tiene un hijo. Antes estuvo casada otras dos veces, pero los dos matrimonios acabaron en divorcio. Su última aparición destacable en el cine fue en la película de culto Donnie Darko (2001), en donde interpretaba a una doctora.
FILMOGRAFÍA seleccionada:
El valle de la violencia 1965
Dominique 1966
La mujer sin rostro 1966
La muerte llama a la puerta 1967
El graduado 1967
Los luchadores del infierno 1968
Dos hombres y un destino 1968
El valle del fugitivo 1969
Locos 1970
Solo matan a su dueño 1972
El azar y la violencia 1974
The Stepford wives 1975
El viaje de los malditos 1976
The Betsy 1978
El enjambre 1978
El legado 1978
El final de la cuenta atrás 1980
Objetivo mortal 1982
Donnie Darko 2001
Eye of the dolphin 2006
Carteles del resto de las películas seleccionadas:
Fuente: decine21.com/Pablo de Santiago
Fotografía: pinterest.com
Carteles películas: cartelespeliculas.com/todocoleccion.net/filmaffinity.com
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